lunes, octubre 30, 2006

San Isidro es distinto (y vergonzoso)

Los hechos y personajes que aparecen a continuación son verdaderos. Cualquier semejanza con la realidad, a esta altura sabemos, no es una coincidencia.

Escena 1:
Kiosco de la Galerías Coloradas en la Horqueta. Un niño y una niña vuelven loco al Sr. Kiosquero mientras le piden sus golosinas. Atrás de ello, la madre (¿o la abuela?) que se apresta a pagar las golosinas de los niños, es interrumpida por la empelada del videoclub que le entrega un DVD. El marido mira la acción desde atrás. Enseguida se escucha la siguiente conversación.

Sra.: [le dice al marido que está detras de ella] Viste, yo sabía que la tenían acá.
Sr.: [da un paso al frente y con voz señor bien] Pero, ¿cómo llegó hasta acá?
Sra.: Porque se la dio la mucama, que me juró que no se las había dado.
Sr.: Mmm
Sra.: [con indignación] Esa chica es tan mentirosa ...
Sr.: [pone tono de superado y mucha sensación de impunidad] Mentirosa como buena paraguaya
Yo: ¿eh? Glup...

Resultado: Demasiada vergüenza ajena para un domingo a las 5 de la tarde.

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